Cuando Lennon cantaba, all together sonaba siempre a all to get there-all to get dark. Algo asi como…que todo el mundo se ponga ciego-que todo el mundo se vuelva oscuro, que es lo que pasa cuando Finnegan se cae del muro y muere por borrachera, antes de resucitar cuando le dan un trago -y en ese muro encontramos el punto de convergencia de las paralelas oculares de la estrábica Lucía, que es donde intersecta la percepción y la conciencia -. El Wake de Finnegan es tanto wake como awake, es tanto funeral como despertar. Muere Finnegan y despierta la conciencia del cosmos en su primer día. El cosmos despierta de la pesadilla de la historia. Bob Dylan entiende de lo que habla Lennon y le envía un mensaje en cifrado con Ballad of a tin man, pero John no se queda con la copla…¿pero no habías leído Finnegan's?…Sólo por encima…Yo sólo por debajo…bastante por debajo.
"La `-eta´ de Enriqueta es etrusca" Oswald Spengler, "La decadencia de Occidente"
lunes, 5 de julio de 2010
Lucía Joyce: ¡El artista soy yo!
Cuando Lennon cantaba, all together sonaba siempre a all to get there-all to get dark. Algo asi como…que todo el mundo se ponga ciego-que todo el mundo se vuelva oscuro, que es lo que pasa cuando Finnegan se cae del muro y muere por borrachera, antes de resucitar cuando le dan un trago -y en ese muro encontramos el punto de convergencia de las paralelas oculares de la estrábica Lucía, que es donde intersecta la percepción y la conciencia -. El Wake de Finnegan es tanto wake como awake, es tanto funeral como despertar. Muere Finnegan y despierta la conciencia del cosmos en su primer día. El cosmos despierta de la pesadilla de la historia. Bob Dylan entiende de lo que habla Lennon y le envía un mensaje en cifrado con Ballad of a tin man, pero John no se queda con la copla…¿pero no habías leído Finnegan's?…Sólo por encima…Yo sólo por debajo…bastante por debajo.
sábado, 5 de diciembre de 2009
¿Quién no odia a Sartre?
En la Francia ocupada del 1948, Céline recibe en su casa de campo la molesta visita del hipócrita Sartre, feo todo él como un malvavisco y tonto como un escarpín de doncel. El especulativo Sartre ruega a Céline que utilice su influencia en el Partido Nacionalsocialista para interceder por él a fin de que le permitan publicar su obra. Céline responde con fastidio a esta prerrogativa; en realidad, no tiene ningún ascendente sobre el partido y, en todo caso, sólo puede compartir con el Fuhrer el antisemitismo. A fin de cuentas le envía a pedir favores a otra parte, es decir, a la mierda.
Una vez liberada Francia, Céline cae en la desgracia del ostracismo y la repulsa; Sartre aprovecha la estigmatización a la que ha sido sometido el malogrado Ferdinang para vociferar desde su conocido periódico "Les temps modernes" que: “Si Céline pudo sostener las tesis socialistas de los nazis es porque le pagaron” ("Retrato de un antisemita" 1945).
Céline reponde:
"No leo mucho, no tengo tiempo. ¡Demasiados años perdidos en tantas tonterías y en prisión! Pero me presionan, me ruegan, me molestan. Es imperioso que lea, parece, una suerte de artículo, el Retrato de un antisemita, de Jean-Baptiste Sartre (Les Temps Modernes, diciembre 1945). Recorro esa larga tarea, le echo un vistazo, no es ni bueno ni malo, es nada, pastiche… “A-la-manera-de”… Ese enano de J.-B. S. leyó l’Etourdi, l’Amateur de Tulipes, etc. Quedó prendado, evidentemente, no sale más… ¡Siempre en la escuela este J.-B. S.! siempre con los pastiches, “A-la-manera-de”… También a la manera de Céline… y de muchos otros… “Putas”, etc. “Cabezas de recambio”… “Maïa”… Nada grave, por cierto. Arrastro en el culo una buena cantidad de esos “A-la-manera-de”… ¿Qué puedo hacer? Sofocantes, rencorosos, cagones, traidores, semisanguijuelas, semitenias, no me hacen ningún honor, no hablo nunca de ellos, eso es todo. Progenie de la sombra. ¡Decencia! ¡Oh! No le deseo ningún mal al enano J.-B. S. ¡Su destino ya es bastante cruel! Ya que se trata de una tarea, yo le habría dado con gusto siete de veinte y no se habría hablado más del asunto… ¡Pero en la página 462 el soretito me desconcierta! ¡Ah! ¡El maldito culón podrido! ¿Qué osa escribir?"
(...)
"J.-B. S habla evidentemente de sí mismo cuando escribe en la página 451: “Este hombre teme cualquier tipo de soledad, tanto la del genio como la del asesino”. Comprendamos qué quiere decir… Basándose en la fe de los semanarios J.-B. S no se ve sino como un genio. Por mi lado, y basándome en sus propios textos, me siento forzado a ver a J.-B. S como un asesino, e incluso mejor, como un maldito alcahuete, un repugnante, asqueroso, inmundo soplón, un cana con anteojos. ¡Ya me empiezo a embalar! No corresponde a mi edad, ni al estado en el que me encuentro… Iba a concluir ahí… asqueado, listo… Reflexiono… ¿Asesino y genial? Hay casos… Después de todo… ¿Será quizá el caso de Sartre? Asesino lo es, quisiera serlo, entendámonos, ¿pero genial? ¿La caquita que está en mi culo es genial? ¿Hum?… Vamos a ver… sí, cierto, eso puede hacer eclosión… dispararse… ¿pero J.-B. S? ¿Esos ojos de feto? ¿Esos hombros mezquinos? ¿Esa busardita? Tenia, seguro, tenia humana, ubicada donde ya saben… ¡y filósofo!…"
¿Quién no odia a Sartre? Al que no sienta, cuando ve su foto, la emoción humana y básica de la aversión, le concedo cinco minutos de mi propio tiempo para insultarle desde aquí. Acercaos cabrones.
Sartre, eres una tricotosa alepantada, un andova comeculos, un garabato mal hecho, un dibujo inanimado, una rana sin ancas que aprovechar. Ni en Filosofía se te tiene en cuenta. Eres el mayor cero a la izquierda (y a la izquierda estabas) que nos ha dado la humanidad. Eres el Señor de Bovuoir, eres la falda que le destapó la rodilla, eres un ser que ni siquiera es. Muérete todas las veces que puedas....ya que siempre has estado en lo del morir.
martes, 1 de diciembre de 2009
Relato antierótico
Conocí a aquel enano microcefálico mucho antes. Formaba parte de una comparsa bizarra que había reclutado en una de mis excursiones por el fantasmagórico barrio del Raval. A saber: un percherón circense, un fakir llamado 'el estómago', el ya conocido enano microcefálico con elefantiasis genital y un panel de abejas. Cuando Ella abrió la puerta y me vio en compañía de tan singular séquito comprendió al instante que sus ruegos secretos por introducir novedades en sus relaciones íntimas habían sido escuchadas.
Todo había sido culpa del café. Al principio me incomodaba que me acompañase a tomar el café. Sentía que mi media hora sagrada de descanso era perturbada por sus conversaciones insulsas y los continuos reproches al proceder de su novio...Pero, ¡ah, amigo!.. .cuando le dio por tomarme como confidente de sus intimidades de alcoba la cosa cambió. Sus confesiones trasladaban mi mente a jodiendas bruñidas y follamenes lácteos.
Un día me dijo:
¿Y a ti? ¿Cómo te gusta que te chupen la polla?
Aquella pregunta lo precipitó todo; quiero decir que me corrí sobre el café, después cortado. No fue lo inesperado de la pregunta en sí lo que justificó mi deseo de subirme de un brinco sobre la mesa y de masturbarme públicamente como un maniaco hasta derramarme en su boca, fue lo de usar los términos chupar y polla juntos en una misma frase. Lo espontáneo de aquel vocabulario soez en ella, de ordinario cándida en su timidez, fue lo que hizo crujir mis vísceras meníngeas. El uso de aquellos vocablos fue una evidente provocación a partir de la cual mi café diario se convirtió en mi quimera y mi cruz.
Mi deseo hacia ella fue creciendo y creciendo. No pudiendo dar satisfacción natural a mi deseo en su momento propicio, esto es justo cuando surge, la naturaleza de éste fue envileciéndose. Mi anhelo inicial de tenerla desnuda ante mi, de contemplar y admirar su cuerpo, de lamer sus aureolas y chupar sus pezones -quien sabe si también succionarlos y morderlos cual infante destetado-, de besar su sexo húmedo y de hincar mi tornillete fálico en su sacrosanta caverna venusiana....fue tornándose en sórdidas inmundicias de las que mi mente no pudo escapar. El anhelo contenido se volvió lúbrica codicia.
Ya no me bastaba con verla desnuda, tantas veces la había desnudado mi imaginación que ya no se deleitaba en su culo si no estaba decorado por un tulipán convenientemente introducido en el ojo del mismo. Igualmente, la imagen de mi polla durísima, enhiesta como el torreón de un navío, entrando y saliendo frenéticamente de su coño, abierto como los pétalos de los rosales y chorreando por el pleamar de su deseo, no era suficiente; era necesario mas flujo y más polla. Necesitaba que un enjambre de avispas aguijonearan mi pene e hicieran de picha cipote. Necesitaba que la lengua rápida de un percheron abriera la ostra y me entregase la perla, que el enano, el percheron y el faquir acordaran el advenimiento de sus orgasmos para sumar semén a mi semén y desbordar así su esófago de líquido y su corazón de pesar.
Todo sucedió según lo previsto, exceptuando los arrebatados e inesperados gemidos de Ella, que se contorneaba como una anguila mientras la troupe le metía de todo, menos miedo. Sucede que en el fragor de la guerra todo agujero es trinchera, y se me ocurrió que tomar al enano por detrás no estaba de más. Poco podía imaginarme las dignisimas promesas que el enano había hecho a su moribunda madre de mantener la pureza de su orto. Tuve que salir corriendo de aquella casa y esconderme en un laberínto de espejos para evitar las vengativas embestidas de su monstruoso cimbrel elefantiásico, no sin antes deleitarme por última vez con la visión de Ella tumbada boca abajo, desnuda, fatigada y quejicosa, frágil, entregada a mi, con un ramillete de tulipanes en el bul y una sonata de estertores y contracciones coñajidas. Quizá fueran imaginaciones pero me pareció oirla arrancarse por Leonard Cohen y despedirse entonando aquel:
you won me, you won me, my lord.
viernes, 4 de septiembre de 2009
Labio leporino, lengua viperina
lunes, 22 de junio de 2009
La prolepsis motriz del lenguaje cinemaografico en Pedro Almodovar
Provenimos a realizar la pertinente traducción de esta proferencia a la lógica intencional mediante un tratamiento montagoviano de la ambigüedad. Habría que distinguir, previamente, la conducta operatoria puramente apotética (prólepsis en sentido amplio) y la conducta que además es proléptica en sentido estricto. Sin embargo, se requieren algunas modificaciones conceptuales mínimas, que permiten ofrecer, además, un tratamiento categoremático que admita reglar el objeto ilocutivo de la proferencia tomada literalmente.
Consideremos, en primera instancia, la diferencia entre la dependencia del contenido de un contexto, lo que llamaremos indexicalidad, de la dependencia de la extensión de un contexto, fenómeno que denominamos sensibilidad al contexto o sensitividad. Pero el contexto relevante del caso no será el evaluativo sino el de emisón o uso. Así pues hay una diferencia entre lo dicho y lo implicatado, que segun Grice, en el contexto de emisión de esta oración, puede jugar dos papeles en la determinación del valor de verdad de la oración. Puede ayudar a determinar su contenido y puede determinar parcialmente cuáles son las circunstancias de evaluación que fijarán el valor de verdad de la oración en ese contexto.
Un análisis temporalista atribuiria a las oracion sensibilidad al contexto con respecto al tiempo, pero negaría, porque postula que el valor de verdad proposicional es relativo al par mundo posible/tiempo, la verdad proposicional como relativa al par mundo posible/estándar epistémico. Esto implica la obligación que los locutores colocan sobre sus alocutores de responder a sus exigencias en cuanto logran emitirlas ellos mismos y exponerlas como comunes a los dos.
Pero en esta proposición se afirma o se niega algo (llamemosla proposición apofántica) . Así cuando en la película (que llamaremos pinicula) Pedro Almodovar afirma (aforma) cinematograficamente (graticinemativamente) la validez de un hecho acaecido (alfombra) en Barcelona (vaso de leche con galletas), la evidencia behaviorista de la interacción comunicacional y la especulación filosófica obtiene volens nolens su efecto de verdad al hacernos descubrirla como presente en toda realidad comunicativa.
Capicci?
miércoles, 10 de junio de 2009
Con los cuernos en la maceta

Sigo fascinado por las sugerentes insinuaciones y ramificaciones de esta inusitada locución que escuché por primera vez hace ya casi 20 años. El artista compositor de la rogativa fue el insigne Paco, otro compañero de atropellos infantiles al que el devenir lo situó en caminos tortuosos muy diferentes a los que yo había bosquejado para mi mismo. Nuestra amistad, si es que alguna vez lo fue, no resistió el paso del tiempo ni los aconteceres badienses, que nos situaron a cada uno en nuestro sitio, es decir, a los dos en la cloaca (sólo que la mía era una cloaca más perfumada).
Inventabamos por aquellos entonces juegos en un jardín que estaba justo frente mi casa. De vez en cuando, en medio del juego, veíamos a mi padre asomado a la ventana inspeccionando sus hortensias y sus rosales. La apariencia era algo sombría: un hombre mas o menos calvo (de Schopenhauer tenía el nombre y el peinado; y de Pessoa, las gafas y la figura) asomado entre el follaje del macetero moviendo la cabeza nerviosamente.
Ya está tu padre... ahí, asomado... con los cuernos en la maceta!!!
Escuchada la proferencia, todos reímos al unísono como embriagados beodos. Aunque apuesto que ninguno entendió los imbrincados sentidos secretos ni las infinitas lecturas que podían hacerse de la exclamación. Ahora recuerdo que, poco después, mi hermano y yo compusimos un epinicio intitulado Oh excelso Pérez de anteojos en pináculos hinchados que presentamos a un certamen literario escolar . Recuerdo varios versos, en uno de ellos incluíamos la famosa frase:
... Y asomado a la ventana yo te ví pasar, España!
con los cuernos en la maceta.
Para mí siempre fue imposible desentrañar el significado lógico del apotegma con los cuernos en la maceta, de ahí mi fascinación por ese ensartamiento, en apariencia absurdo, de vocablos que contiene, creo, la esencia misma del surrealismo continental. Hasta el momento he sido capaz de hacer las siguientes lecturas:
Lectura figurativa: Simplemente se hacía alusión a una composición estética desafortunada. Las macetas són elementos reales, en ningun caso simbólicos, y los cuernos una metáfora común que apunta a rizos capilares con forma de asta. Se pudo, entonces, haber dicho: Mira, ahi está tu padre, asomado a la ventana entre plantas tan tupidas que no dejan ver de él más que su pelo alborotado o también Mira, ahi está tu padre, asomado a la ventana, con el pelo más alborotado que los esquejes de la hortensia
Lectura psicoanalítica: Se revela la excesiva afinidad del padre con sus plantas y se señala que la multitud de cuidados que dispensa a los vegetales quizá no se corresponda con los que concede a su prole, que en ese mismo momento juega asilvestradamente a pocos metros de su progenitor sin recibir sanción alguna a pesar de sus comportamientos potencialmente letales para si mismos y para sus compañeros de juegos. En este sentido, con los cuernos en la maceta se convierte en un lamento, un queja rencorosa del buen amigo por la pasividad del padre ante el juego del hijo, a la vez que se insinúa un acto de infidelidad en el que el padre ama por encima de todo a las botánicas entidades. Se pudo, entonces, haber dicho: Mira, ahi está tu padre, asomado a la ventana sin ver del mundo más que sus plantas; y diríase por la devoción que parece profesarlas que es lo único que le importa en este mundo, y que su amor por ellas supera de mucho el que os pueda dispensar
Lectura analítica: Se denuncia la actitud vigilante del padre hacia el hijo. En este caso las plantas son solo el objeto tras el cual el padre intenta esconder su actitud de acecho constante hacia el hijo. Las plantas són solo el símbolo del pretexto, de la coartada, de la excusa... Fingiendo interés por las plantas, aunque desinteresado realmente por ellas, proyecta su conciencia vigilante más allá del aparente objeto de su análisis y lo posa innecesariamente sobre el hijo. Los cuernos son solo el detalle que desenmascara al padre, que descubre la falta a los demás y también a si mismo. La evidente connotación negativa del concepto cuerno en la tradición oral hispánica y sus evocaciones demoníacas muestran una desaprobación moral del que profiere la frase hacia el que porta los cuernos. Se pudo, entonces haber dicho: Mira, ahi está tu padre, espiandonos, vigilante, al acecho... como un demonio que se mueve en las sombras!!!
Pues eso, estulto lector, con los cuernos en la maceta yo te vi pasar España!
miércoles, 3 de junio de 2009
Los cuatro saltos de Nijinsky
Todavía se discute
si era una extraña deformación en un metatarso o simplemente un don divino aquello que permitía a Vaslav Nijinsky dar los saltos más espectaculares y efectistas que ha visto la danza en su larga historia. De todos los saltos perpetrados por nijinsky contra la fuerza gravitatoria habria que destacar cuatro:
Primer salto:
Nijinsky es aún un niño. Su padre lo lanza a un pozo para que aprenda a nadar. Nijinsky se hunde lenta y desesperadamente hasta que, completamente sumergido, sus pies tocan el fondo empedrado del pozo. Se impulsa poderosamente y su prodigioso salto lo eleva abandonando el agua y el pozo. No ha conseguido domeñar el líquido elemento pero sí las aéreas potestades.
Segundo salto:
Se abre el telón, Debussy toca el piano con notas transparentes y Rilke habla de El espectro de la rosa . Nijinsky entra en escena dando un salto que deja sin aliento al público. Acaba de lograr el entrechat royal mas largo de la historia (salto en el que lograba cruzar los pies en el aire hasta diez veces cayendo después con una lentitud inusual). "Cuando le veo bailar olvido que el salto no es algo natural en el hombre" afirma Leon Werth.

Tercer salto (el salto que no fue)
29 de mayo de 1912, el telón del Teatro del Châtelet se levanta ante un público electrizado a la vista del hermoso decorado de León Bakst -un lago bordeado de árboles- en el medio del cual evoluciona Nijinski con su malla cubierta de animalescos manchones, y las ninfas vestidas con túnicas plisadas, pelucas doradas y pies desnudos. Todos esperan asistir a un nuevo recital de saltos y prodigiosas piruetas de Nijinsky. Pero para “la Siesta del Fauno” nijinsky ha preparado una coreografía particular: se desplaza en una única di9mensión, pegado al suelo, a pie chato, posando primero el talón y terminando el movimiento en los dedos, en total oposición a las reglas clásicas enseñadas hasta entonces. El cuerpo de frente al público, la cabeza y los miembros de perfil, los brazos mantenidos en posiciones angulares diversas. Movimientos espasmódicos, crispantes...ha nacido la danza contemporánea y , como acostumbra a suceder, la ha inventado el mago depositario de todos los secretos y técnicas de la danza clásica.
Cuarto salto:
La aparición de un nuevo bailarín que evoca al retirado nijinsky motiva una campaña publicitaria algo sórdida. El bailarín, su manager y un fotografo acuden al psiquiatrico en el que está ingresado nijinsky. Estamos en el 1939. Nijinsky ha perdido por completo la razón: apenas come, no habla, lleva 20 años sin bailar, con la mirada perdida.... Su cuerpo deformado y envejecido reposa en una silla mientras el bailarín da algunos saltos y ejecuta su repertorio de cabriolas. Las fotos recogen a los dos bailarines, el titular ya está escrito: lo nuevo y lo viejo de la danza, o tquizá’ el nuevo nijinsky’. El fotografo cambia el carrete. Se dispone a hacer nuevas fotos y descubre que no hay nadie en la silla que ocupaba nijinsky. Todos en la sala quedan atónitos: el anciano está suspendido en el aire pasan unos segundos y comienza a descender lentamente, tan lentamente que el fotógrafo tiene tiempo de disparar la cámara antes de que llegue al suelo.